domingo, 3 de mayo de 2020

¿Cómo retomar el hilo de una vida?

Desescalada. Sin duda, esta es una de las palabras del momento. Pues resulta que ayer, en el inicio de esta famosa desescalada, veía una película de todos conocida: El retorno del Rey, la tercera de la trilogía de El Señor de los Anillos. Ya la había visto hace años pero esta vez me llamó la atención una reflexión que hace en voz en off al final de la película Frodo, al regresar a la Comarca tras haber vivido innumerables aventuras y desventuras a lo largo de toda la Tierra Media. Copio las frases que dice en ese momento el pequeño hobbit:
"¿Cómo retomas el hilo de una vida? ¿Cómo continúas cuando en tu corazón empiezas a entender que no hay manera de regresar? Hay ciertas cosas que el tiempo no puede curar. Algunos dolores demasiado profundos que se han arraigado."


Estas frases me parecen de una aplastante actualidad en esta desescalada que estamos comenzando. Todos deseamos que esta situación de pandemia pase, deseamos volver a la normalidad, aunque cada vez oímos más que vamos hacia una nueva normalidad (otro de los conceptos trending topic del momento). Pero, tal y como decía Frodo, ¿cómo retomar el hilo de una vida tras la mayor crisis a la que nos hemos enfrentado en 80 años? ¿Se puede regresar al punto de partida, pueden obviarse más de 25.000 muertos? Es más, ¿sería bueno hacer como si no hubiese pasado nada?

Yo creo que no, que hay ciertas cosas que el tiempo no puede curar o mejor dicho, creo que el tiempo no debe cicatrizar esta herida y hacer ver como que no ha pasado nada. Creo que necesitamos cambiar unas cuantas cosas. Esta lacra nos ha hecho entrar en crisis como sociedad, ha hecho tambalearse nuestro estado del bienestar, muchas de nuestras seguridades. Para todos era inimaginable que algo así pudiera pasar en pleno siglo XXI en el llamado primer mundo. Y en ese salir de la crisis nuestra prioridad ahora no debe ser volver al punto inicial sino superarla, pero esta vez teniendo claro hacia dónde caminar, cuál debe ser el sentido de la vida y, también, de nuestra sociedad. 


Época para construir sobre cimientos estables y sólidos. Alguien dijo hace unos cuantos años: "El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca" (Mt 7, 24-25). Esa misma persona también nos dijo "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn 14, 6). Una persona. Un Dios. Un cimiento firme sobre el que reconstruir nuestra sociedad derruida.

Me gustaría acabar cantando a la esperanza, porque creo que se puede continuar aún cuando el corazón entiende que no se puede regresar; porque no se trata de regresar sino de avanzar. No sólo estamos en tiempo de desescalada, también estamos en tiempo de Pascua: etapa para vivir desde la alegría y la confianza que brota de la Resurrección de Cristo. Como bien dice el Papa Francisco en un artículo reciente: "En esta tierra desolada, el Señor se empeña en regenerar la belleza y hacer renacer la esperanza: “Mirad que realizo algo nuevo, ya está brotando, ¿no lo notáis?” (Is 43, 18b). Dios jamás abandona a su pueblo, está siempre junto a él, especialmente cuando el dolor se hace más presente".